miércoles, 12 de noviembre de 2008

Debí crecer antes, para estar contigo




La luna está llena, el viento descanza el calor del día que nos aturdió por unos minutos largos.

La luna está llena, mi corazón se apresta para volver a morir, para volver a nacer, como la luna y el día.

La luna está llena y las estrellas reflejan el otro lado del mundo que gira rápido para llegar a la noche, mientras este lado oscuro del azul profundo, se duerme para volver a despertar.

La luna está blanca, gira sobre nuestros ojos y el cielo azul profundo se confunde con mis ojos y los tuyos sobre los míos y los tuyos.

La luna está arriba, baja y baja hasta alcanzar el suelo y atravesarlo.

La luna blanca mira la noche oscura, iluminada por sus pequeños ojos y su eterna sonrisa del único lado que vemos.

La luna avisa que la muerte para volver a nacer comienza hoy, con la luna llena.

La luna llena es el ciclo. Comienza y termina. Termina y comienza otro, y ahí vamos, sumándonos a otro y a uno, terminando, comenzando. Otro y uno...

Canciones de luna, amor, noche y viento, y este momento es así. Sencillo, bello, solo, conmigo disfruto de mi noche de luna llena. No porque sea mía, lo que es mío es mi momento lindo, bello, sencillo y mío... que a través de estas frágiles palabras, humildemente intento transmitir vagamente... los sentimientos no caben en las palabras.

El momento de no tener que volver a decirte que te amo, o de mirarte a tus ojos tristes de mi amor, o de no poder besarte o llamarte para que me abraces.

Segundos. Minutos. Gotas. Ríos. Ríos. Mares. Planeta. Azul.
Miradas. Cosquillas. Tú. Yo. Yo. Palpita. Dos. Amor.

El momentito lindo de besarte, bajo la luna, bajo el frío viento que acaricia la piel en la noche cálida. Bajo mi amor que se expande por la Tierra como aire azul. Bajo el cielo estrellado y alunado que ilumina mi sueño antes de dormir. Bajo nuestras vidas que se distancian día tras día, por orgullo y dolor de no querer amar y sufrir otra vez, porque bajo el dolor, están nuestras heridas que aparecen con la mirada de tu corazón pidiéndome un beso en tus frágiles labios delgados y llenos de ternura.

Mis voces te siguen nombrando. Mis sueños, te siguen. La luna, me aclara que debí crecer antes para estar contigo...

Y el planeta azul gira y gira, con la luna blanca, como cuando nos conocimos. Solo cargados de amor, límpidos y enamorados de labio a corazón, pero que poco a poco nos fuimos ensuciando de tantos pasos en las calles sucias de indiferencia y rapidez que no nos detuvimos para crecer a tiempo... junto a tiempo.

La historia que la luna ilumina está más clara. Triste, y es amor. Mi amor. Y hay que amarlo hasta el final. Solo que no crecimos a tiempo.

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