sábado, 27 de diciembre de 2008

Ese momento fecundo

No sé de qué hablar en este momento. Esstoy un poco impactado aún. Se va el año, se va como mi amor por el horizonte, se va como los sueños sin realizar, como el tiempo que no perdona, se va... como la vida.
Un año más, y más aprendizaje. Sobretodo eso, aprender a disfrutar de una flor, de un instante tan fecundo como una flor de madrugada que muere con el sol directo de la tarde. Tan fecundo como una canción en un escenario entre un grupo humano, disfrutando lo que más le gusta en la vida... Aprender a concretar las decisiones, por dolorosas que sean, y aprender que la ternura es la cáscara con que toda revolución debe hacerse... tal como decía el Che no más.
Aprendizaje de que aunque nos sintamos solos, no lo estamos, y que aunque estamos solos a veces, en realidad estamos acompañados.
Aprender a ponerse uno los límites, a poner el punto inicial y el final, aprender a responder dentro de lo posible y dentro de lo imposible, depende de quien sea.
Aprender que ese instante fecundo de la flor de madrugada, es como el nacimiento de nuestros hijos... y digo nuestros porque tenemos tantos sobrinos ya... La Javi recientemente y el Amaru, pero claro, la Milo y el Gonzalo con el consentido Simón, la Karen y su pequeño Samuel, además claro, la Bárbara con el Papo y su pequeña Maita, la Tuca y Leono con la bella Amarai, el Pacha y la Paz con el Kuntur de la tierra, la Dángela con su segundo intento de dar a luz para tener al abuelo más feliz del mundo, y al Natanael con el Emanuel... y bueno, la bella y adelantada Violeta con sus padres Consuelo y Marc.
No podemos olvidar a la Ghis y al Nico entregándonos a Félix, que para mucho fue mucho dolor, pero para otros, motivo de cambios importantes en sus propias vidas, y que seguirá motivándonos para que se sienta en calma tanto como cuando se está en ese instante fecundo de vivir en el líquido amniótico por 9 meses eternos... que dejan de serlo y se ve la luz, se siente el ruido, se escuchan los latidos a lo lejos y empiezan los problemas poco a poco a aparecer...
Ese momento fecundo que vale incomparablemente por muchos de esos instantes dolorosos que nos hacen crecer luego de un gran llanto. Eso que nadie te enseña, uno lo aprende solo, a salir adelante de esos problemas dolorosos que parecen imbatibles. Pero de pronto paff...! se acabó, no está más.
Ese instante fecundo, sublime, son los que nos hacen mantenernos con vida. Vida vital, con aguita y tierra sana, para no tener más enfermedades, ni del cuerpo ni de la mente.. para no enfermar, hay que sanar.
Ese instante fértil, debe darnos tierra para plantar, para soñar, para hacer una realidad diferente.
Esa tierra fértil, de mujeres y hombres cantando por la paz y la justicia, por las vidas que mueren, por el recuerdo de nuestra memoria... eso es.
Ese pequeño momento que cada uno recuerda como uno importante, por su sencillez, por su simpleza, por su sol iluminando nuestras caras que solo querían rearmarse el corazón, para seguir amando.
Ese momento sobre la tumba de Huidobro, nos permitió caminar por la vida del 2007 y el 2008.. para mí hoy comienza un nuevo año.
Los fuegos artificiales solo serán la guinda. La masa de la torta ya está hecha, solo falta sacarla del horno... que llore, que sangre, que duela y me queme... pero es parte de la cocina.
Ese momento fecundo se lo llevan las flores de los cactus que cuido. Esas flores que se dan pocas veces, porque tienen que haber ciertas condiciones especiales, que no sé cómo acá se han logrado... este desierto florido, acá ha pasado este año.
Una flor tras día, un momento de fecundida máxima. Un regalo todos los días, de madrugada. Un niño, una niña, una Violeta o un Félix, un pez o un perro, un beso en la mejilla, un cariño en el pelo, un saludo afectuoso, una flor, una mirada coqueta, una flor fecunda, de madrugada en pleno verano que muere con el sol duro de la tarde, una mirada seca que se lleva toda la sangre de mi amor, una flor fecunda, queda para cultivar nuestras propias raíces.
Un Olivo enterrado bajo los cohetes de esos asesinos, mi propia sangre llorando por esa flor que no pudo vivir bajo los territorios ocupados de la tierra de mis abuelos. Así termina el año, protestando una vez más, para que no haya más asesinatos, para que pare el terrorismo de Estado, para que tengamos derecho a retornar a nuestro país de origen...
Ese momento fecundo, de verte con la guatita llena cantando a la gran Violeta... Ese momento fecundo, de saber que he aprendido. Ese momento fecundo, de mirarte a los ojos sin vergüenza, con amor y ternura, con calma. Ese momento de fertilidad, hay que recordar cuando caminemos por las calles desoladas de verde fecundo. Ese momento de fertilidad, cuando te digo la verdad. Ese momento, que he compartido y que nos van dejando en las memorias de las neuronas más vivas y emotivas que nunca nadie se podrá imaginar.
Gracias... es lo que me queda por decir. Gracias por estar, haber estado y seguir estando... por darme infinitos momentos fecundos, a mis amigos y amigas, c compañeros y compañeras, a hermanos y hermanas, a mayores y menores, a tanta gente fértil, que solo les agradezco por estar y seguir estando...
Un abrazo de 2008, y de un fecundo 2009.
Javier.

1 comentario:

Eileen dijo...

si hay una media costilla es porque necesita de la otra mitad, de las dos mitades se nutre y vive para ser una misma costilla... puede que se aleje un poco, que descanse, que se esconda, que se refugie en sus cosas para no enfrentar los temores de los cambios que sabe que vienen... puede que a ratos se olvide de lo importante por el encandilamiento de la luz, que se duerma en el sueño que llena la esperanza, que se esconda, que se esconda, que se esconda... pero es solo un refugio como del caracol en su caparazón pero no se ha olvidado, ni ha dejado de lado, ni puede vivir sin su media costilla... paciencia nada más, que estos tiempos se me vienen medios raritos.tqm